El FSLN, en palabras de García
Márquez, “se lanzó al mundo”, luego de su período de acumulación de fuerzas en
silencio, con el victorioso acto del asalto a la casa de “Chema” Castillo.
Dicha acción también permitió difundir a través de los medios locales nuestra
lucha y principios revolucionarios al pueblo nicaragüense.
La respuesta de la dictadura
somocista al golpe sandinista del 27 de Octubre de 1974 dirigido por el comando
“Juan José Quezada”, fue la agudización de la represión, institucionalizándola:
el Estado de Sitio, la Ley
Marcial y la censura sobre los medios de difusión.
Estos niveles de represión
exacerbaron las dificultades en la lucha revolucionaria y nuestra vanguardia,
el FSLN, se vio enfrentada a las más duras pruebas en la montaña y la ciudad.
Aún con la actitud decisiva de la lucha incansable por el derrocamiento de la
dictadura y el trabajo dirigido por compañeros sandinistas en el exterior para
aumentar el apoyo internacional hacia nuestra causa, el somocismo pudo mantener
el Estado de Sitio, la Ley
Marcial y la censura de prensa hasta septiembre de 1977.
Sin embargo, el FSLN, como
única vanguardia de nuestro pueblo, que de forma relativa era aún una
organización en fase embrionaria de madurez organizativa y militar, no lograba
aún fundir en una sola dirección estratégica la capacidad de conducción que
nuestros mayores dirigentes ya poseían. Entonces, el incorrecto manejo de las
contradicciones internas propias del desarrollo de un proceso revolucionario
dio paso al fraccionamiento de nuestra vanguardia histórica en tres partes; lo
mismo permitió a la represión somocista golpear más fuerte al movimiento
revolucionario.
Fue en estas difíciles
condiciones que se persevero en la lucha entre 1974 y 1977.
La dictadura, como marioneta
del Imperialismo, toma la decisión de levantar el Estado de Sitio confiados en
que el movimiento revolucionario estaba destruido, puesto que varios de sus
principales líderes habían caído en este período, incluyendo al máximo Jefe de la Revolución , Cmte.
Carlos Fonseca Amador.
Realmente parecía que el
enemigo había conseguido vencer a nuestra vanguardia. Pero no son sino las
heroicas acciones de Octubre de 1977 que levantan el vigor, la moral y la
confianza del sandinismo, tales como la de San Carlos, Masaya, Cárdenas y
Ocotal.
Es la ofensiva militar basada
en la lucha insurreccional que logra la combinación armónica entre las columnas
guerrilleras y las masas populares lo que hace posible que la vanguardia de
nuestro pueblo vuelva a tomar su lugar, es ofensiva que no broto de forma
espontánea, sino en consecuencia de un análisis oportuno y que no comenzó para
ser momentánea, sino tenaz y consecuente hasta la victoria final.
Pero estas acciones de Octubre
de 1977 no sólo se caracterizan por los logros militares, sino principalmente
por el protagonismo de todos los sectores de las masas populares alrededor y
bajo la dirección acertada de su vanguardia.
Es precisamente por eso que me
decido a escribir estas líneas, que recogen en lo fundamental lo que considero
se debería rescatar de dichas acciones gloriosas; y desde este espacio, quizás
no el más adecuado. Porque no hemos venerado estas heroicas acciones de Octubre
de 1977 que significaron el renacer oportuno y unidad estratégica de nuestra
vanguardia para conseguir el triunfo revolucionario. Debemos subrayar en
nuestra historia que fue imprescindible esta jornada de acciones para despertar
el proceso insurreccional y que marcaron el principio del fin de la tortura de
nuestro pueblo y me parece una soberana falta a nuestros principios
revolucionarios no honrar cada Octubre a esos héroes y mártires que ofrendaron
sus vidas en las gloriosas jornadas de acciones revolucionarias y audaces.
Ese Octubre Victorioso,
Sandinista debemos de llevarlos presente siempre y más aún en los tiempos
actuales en los que estamos construyendo desde un nuevo modelo, una sociedad
distinta; proceso en el cual es el pueblo, son las familias nicaragüenses los
principales protagonistas, análogo al protagonismo que hace 35 años definió el
rumbo del futuro de nuestro pueblo, que había de hacerse libre por sus propias
manos y bajo la dirección de su vanguardia revolucionaria… que hoy no recuerda
lo de hace tres décadas.
¡Vivan
los héroes y mártires de las gloriosas jordanas de Octubre del 77!
¡Viva
el FSLN!
PLOMO
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